Muchas veces podemos preocuparnos por episodios de tristeza, en especial después de la muerte de un ser querido o de fallar en algún asunto laboral, que sentimos que van a durar para siempre. Sin embargo, la transición de estos momentos puntuales a una condición grave como la depresión implica una diferencia significativa. Para que comprendas más a fondo la diferencia, te explicaremos los diversos tipos de depresión que pueden manifestarse.
Este trastorno mental va más allá de las emociones temporales de tristeza o desesperanza. Porque todos podemos vivir estas épocas. La depresión, sin embargo, es un trastorno mental que afecta la manera en que se vive.
A nivel cognitivo, la depresión ejerce influencia en la percepción del mundo y de uno mismo. Los pensamientos negativos y autocríticos, al tomar el control de la mente, dan lugar a un ciclo autodestructivo que alimenta la depresión, disminuyendo la autoestima y dificultando la visión de una perspectiva positiva.
La repercusión de la depresión se extiende a las relaciones personales y laborales, ya que tiende a provocar la retirada social y la falta de motivación para cumplir con las responsabilidades diarias. Factores diversos, como predisposición genética, desequilibrios químicos cerebrales, eventos estresantes y condiciones médicas subyacentes, contribuyen a su desarrollo.
Una buena noticia es que la depresión es tratable. La combinación de terapia psicológica, apoyo social y, en algunos casos, medicamentos, puede aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Reconocer la necesidad de ayuda profesional y comprender que la depresión va más allá de simplemente “sentirse triste” son pasos fundamentales para abordar eficazmente esta condición.
1. Tristeza y desesperanza persistente. Este trastorno se caracteriza por una profunda sensación de tristeza que perdura a lo largo del tiempo. Esto implica, también, una percepción negativa del futuro.
2. Pérdida de interés en actividades placenteras. Quienes sufren este trastorno padecen una disminución significativa en el interés por las cosas que antes les resultaban gratificantes. Por eso, tampoco disfrutan de las actividades que realizan.
3. Retirada social y aislamiento. Este trastorno a menudo hace que las personas se retiren de las interacciones sociales. Esto genera un sentido de aislamiento y soledad.
4. Fatiga constante. La falta de energía es un síntoma común. Esto hace que las tareas diarias se vuelvan desafiantes y agotadoras.
5. Cambios en el sueño y apetito. Los patrones de sueño se ven afectados. Esto puede provocar insomnio o un aumento en la necesidad de dormir.
6. Dificultad para concentrarse. Este trastorno impacta a la capacidad de la mente para concentrarse. Esto dificulta la toma de decisiones.
7. Autoestima disminuida. Una percepción negativa de uno mismo puede ser común y esta se manifiesta con pensamientos autocríticos y baja autoestima.
8. Malestar físico. La depresión puede manifestarse a través de dolores o síntomas físicos, los cuales incluso pueden ser somáticos.
9. Incapacidad para afrontar responsabilidades. Las obligaciones personales y laborales se transforman en una carga difícil de sobrellevar. Esto provoca una falta de motivación para enfrentarlas.
10. Pensamientos suicidas. En algunos casos la depresión puede conllevar pensamientos muy pesimistas sobre la propia vida. En estos puntos se necesita atención inmediata y un apoyo profesional inmediato.
Este trastorno mental es un gran desafío global en la actualidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha brindado datos de que la depresión actualmente afecta a millones de personas en todo el mundo.
Según datos de esta organización son cerca 264 millones de personas las afectadas. Esto hace que la depresión se posicione como una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial.
La OMS resalta que las mujeres son más propensas a verse afectadas por la depresión que los hombres, y las tasas de prevalencia varían según la región y el país. Las consecuencias de la depresión, según esta organización internacional, son potencialmente devastadoras, con la posibilidad de generar discapacidades a largo plazo y un notable aumento en el riesgo de suicidio.
En términos económicos, la carga que representa la depresión es significativa. La Alianza Global contra las Enfermedades Mentales estima que los trastornos mentales, incluida la depresión, conllevan un alto costo económico, reflejado en pérdidas anuales de productividad laboral y considerables gastos directos en atención médica, alcanzando cifras astronómicas.
Las disparidades en el acceso a la atención de la salud mental se configuran como otro desafío importante. Según la ONU, en muchos países existe una brecha considerable entre la demanda de tratamiento y la disponibilidad real de servicios de salud mental, lo que agrava la carga de la depresión, especialmente en comunidades marginadas.
La concienciación y la reducción del estigma asociado a los trastornos mentales, incluyendo la depresión, son aspectos resaltados por la ONU como fundamentales. Fomentar la comprensión y el apoyo comunitario emerge como una necesidad esencial para abordar de manera integral este problema y brindar el respaldo necesario a quienes lo requieren.
1. Depresión Mayor: Dicha variante se distingue por la presencia de síntomas severos y persistentes, los cuales impactan la capacidad de la persona para sobrellevar su vida cotidiana. Su naturaleza debilitante hace necesario el tratamiento profesional para abordarla de manera efectiva.
2. Trastorno Distímico: Este trastorno implica síntomas menos intensos, aunque suelen tener mayor duración. La tristeza crónica se extiende durante al menos dos años, y aunque los síntomas pueden ser menos agudos, su persistencia afecta notablemente la calidad de vida. Las personas con Trastorno Distímico a menudo subestiman la gravedad de sus síntomas debido a su progresión gradual y crónica.
3. Trastorno Bipolar (Trastorno Afectivo Bipolar): Aunque por sí sólo no es un tipo de depresión, representa una de sus principales manifestaciones. El trastorno bipolar presenta muchos cambios extremos y drásticos en el estado de ánimo de persona. Entre estos cambios, se encuentran episodios de manía y de depresión; siempre a nivel grave. En estos últimos, los síntomas son muy similares a los de la depresión mayor.
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