La importancia de la relación madre e hijo

La importancia de la relación madre e hijo

La importancia de la relación madre e hijo

Las primeras etapas del vínculo afectivo y la relación madre e hijo son de gran importancia en la formación de la personalidad del niño, explica la psicóloga Ana Elia Aceves López, en nombre del Centro Comunitario para la Juventud ‘Diez Mil Amigos’. Lo esencial es que la madre establezca un vínculo desde el primer momento de vida del pequeño.

No solo es el cuerpo de la mujer el que se ha venido preparando para ello durante los nueve meses de embarazo, sino que también se ha ido preparando su mente. El niño, por su parte, nace tantas carencias que necesita la presencia de su mamá, tanto para sobrevivir físicamente como para percibir el mundo a través de ella, y así construir una base sólida en su interior.


La importancia de la relación madre e hijo
La importancia de la relación madre e hijo.

Las necesidades básicas para que se dé la relación y pueda existir el vínculo entre el niño y su madre son: agarrarse, sonreír, llorar, chupar, y seguir así en su desarrollo. Cualquier trastorno en este vínculo primario puede tener consecuencias negativas en sus posteriores etapas.

La madre es para el recién nacido ese “objeto” que le gratifica y estimula a través del cual se desarrolla; es la función integradora de afecto en el niñ. Ella es piel, por ello el bebé la toca y succiona su pecho. Él prefiere ese contacto piel a piel incluso al propio alimento; en la piel de la mamá se refugia, se duerme, y encuentra la seguridad que necesita.

La madre también es calor, porque el recién nacido no “sabe” que la madre le quiere. Pese a ello, siente que le ama cuando recibe su calor y afecto al ser arropado y tomado en brazos. Las madres son, asimismo, las caricias, pues el niño capta y percibe que la madre le da algo suyo, una parte buena de ella que él necesita par vivir.

La importancia de la relación madre e hijo
La importancia de la relación madre e hijo

Finalmente, la madre también es voz, pues aunque el niño no entiende las palabras, sí recibe el sonido, y por el tono sabe cuando su madre está tranquila o agitada. Este ambiente de tranquilidad o continuo sobresalto en el que crecerá el bebé le hará sentir el mundo como algo cálido, o bien, como algo amenazante. Dependiend, de de cómo sean cubiertas sus necesidades básicas.

Entre madre e hijo existe una intensa vinculación psíquica que se canaliza a través del contacto físico directo. Los resultados de esta relación sólo serán satisfactorios si la madre tiene un buen equilibrio afectivo; específicamente, estabilidad emocional, relaciones armoniosas con su pareja, y tranquilidad y aceptación con su papel como madre.

Para una formación adecuada, el niño necesita que su madre no sea demasiado exigente y severa, por ejemplo al momento de atenderlo, al darle el alimento, al vestirlo, y al relacionarse con él, o que, por el contrario, la madre no sepa rehusar nada, protege excesivamente a su hijo, o se preocupe demasiado por su autoridad, manifestándose con excesivas demostraciones afectivas; del balance — o falta de él — dependerá la formación que el pequeño desarrolle.

Durante la primera infancia, la madre es primordial para el correcto desarrollo físico y psicológico del niño; por eso ella debe poner límites, ser amorosa, firme en sus decisiones, asertiva, compartir su tiempo, y dedicarle l requerido al niño, tomando en cuenta que el afecto en los seres humanos es muy importante para la sociabilidad.

La psicóloga Ana Elia Aceves López enfatiza que la conducta y las actitudes de la madre así como otras experiencias ambientales del pequeño, influyen en su desarrollo; es por ello que el vínculo afectivo está sumamente relacionado con la tendencia de un niño de buscar e intentar mantener una relación física próxima con su madre. Los niños aprenden lo que viven, y si viven con apoyo y amor, aprende a querer.

Dr. Sergio Gil Carranza
Dr. Sergio Gil Carranza
Psiquiatra Psicoterapeuta, especializados en el tratamientos de trastornos como la depresión clínica, ansiedad, angustia e insomnio. Cuenta con más de 20 años de experiencia.