Convivencia familiar

La convivencia en familia sienta las bases para la interacción con otras familias, sobre todo a la hora de la comida. Nuestros hijos no tienen por qué ser distintos a otros chicos y son perfectamente capaces de aprender y utilizar buenos modales en la mesa. Comer solo, con la boca cerrada, sentadito y sin ensuciarse, comer lo mismo que los demás, servirse solo o saber decir cuánto es capaz de comer para no dejar nada en su plato… todas son habilidades imprescindibles que facilitarán la integración de nuestros hijos con los demás.

La convivencia con sus abuelitos, tíos y primos es fundamental. El trato con la familia extensa será el primero que nuestros hijos tengan con personas además de mamá, papá y hermanos (si los tiene). Al tratar con sus abuelos, tíos y primos el niño aprenderá a confiar en los otros y nosotros, sus padres, también aprenderemos a dejarlo ir y a confiar en sus propias habilidades de socialización.

Para cuando cumpla tres años nuestro pequeño ya buscará a otros niños o a otros adultos para jugar e interactuar con ellos, comprenderá órdenes complejas, podrá entretenerse solo un rato y esperar su turno cuando se lo pedimos.

Proteger a los hijos nos da un sentimiento de seguridad y paz interior pero, a veces, cuando nos excedemos, caemos en la sobreprotección y los niños reciben de esta actitud un mensaje que deteriora su autoestima: “te protejo porque tú no puedes” o “ni lo intentes porque mamá o papá lo harán por ti”. Ningún padre se ve a sí mismo como sobreprotector, por eso es importante mirar a nuestros hijos con mucha objetividad para aprender a ver sus límites y, al mismo tiempo, confiar en sus capacidades.

Dr. Sergio Gil Carranza
Dr. Sergio Gil Carranza
Psiquiatra Psicoterapeuta, especializados en el tratamientos de trastornos como la depresión clínica, ansiedad, angustia e insomnio. Cuenta con más de 20 años de experiencia.