¿Cómo saber si mi hijo sufre de ansiedad?

¿Cómo saber si mi hijo sufre de ansiedad?

¿Cómo saber si mi hijo sufre de ansiedad?

Te explicaremos lo que implica el trastorno de ansiedad, y cómo detectarlo en tus hijos. Pero no te preocupes lo positivo de esto es que este trastorno tiene solución.

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la ansiedad?

La ansiedad puede manifestarse de diferentes maneras, y sus síntomas varían desde físicos hasta emocionales. A continuación, te detallo algunos de los signos más comunes que pueden indicar que alguien está experimentando ansiedad:

  1. Preocupación excesiva o constante sobre situaciones cotidianas.
  2. Inquietud o sensación de estar al borde de un ataque.
  3. Dificultad para relajarse o sentir una tensión constante.
  4. Fatiga o cansancio extremo sin razón aparente.
  5. Dificultad para concentrarse o que la mente se quede en blanco.
  6. Irritabilidad o cambios de humor frecuentes.
  7. Problemas para dormir, como dificultad para quedarse dormido o permanecer dormido.
  8. Dolores musculares, dolores de cabeza o molestias físicas inexplicables.
  9. Palpitaciones o un ritmo cardíaco acelerado.
  10. Sudoración excesiva, especialmente en situaciones que no deberían provocar ese tipo de respuesta.
  11. Sensación de falta de aire o dificultad para respirar.
  12. Mareos, náuseas o problemas gastrointestinales.
  13. Sentimientos de estar fuera de control o miedo a que algo malo suceda.

Estos síntomas pueden aparecer en diferentes momentos y en diversas intensidades, afectando significativamente la calidad de vida de quien los experimenta. Es importante buscar apoyo profesional si se experimentan cualquiera de estos síntomas.

La ansiedad puede ser tratada eficazmente con la ayuda adecuada, y es fundamental no ignorar estos síntomas para evitar que se agraven. Si reconoces estos signos en ti o en alguien cercano, recuerda que siempre hay opciones de tratamiento que pueden mejorar el bienestar y la salud mental.

¿Cuáles son las causas de los trastornos de ansiedad?

Los trastornos de ansiedad pueden ser influenciados por varios factores, tanto heredados como adquiridos. En primer lugar, la genética juega un papel clave, ya que si un miembro cercano de la familia ha experimentado un trastorno de ansiedad, es más probable que otros miembros también lo padezcan. Esto sugiere que ciertos genes pueden predisponer a las personas a desarrollar trastornos de ansiedad, aunque no siempre sea determinante.

Además, las experiencias vividas en la infancia o en la vida adulta pueden ser desencadenantes importantes. Situaciones estresantes, como la pérdida de un ser querido, enfrentarse a una enfermedad grave, ser víctima de abuso o sufrir algún tipo de violencia, son momentos difíciles que pueden marcar a una persona, dejándola vulnerable a desarrollar ansiedad. La incapacidad para procesar y superar estos eventos puede generar sentimientos de inseguridad, lo que aumenta el riesgo de que se desencadenen trastornos de ansiedad.

Otra causa importante puede ser el entorno familiar. Si un niño crece en un hogar donde los miembros cercanos experimentan miedos y preocupaciones, existe la posibilidad de que estos comportamientos sean aprendidos. De este modo, la ansiedad se transmite indirectamente, y el niño puede desarrollar miedos sin haber experimentado situaciones directamente traumáticas.

Por último, la química cerebral tiene una influencia significativa. Los neurotransmisores, que son sustancias químicas encargadas de regular las emociones y pensamientos, pueden no funcionar de manera adecuada en algunas personas. Si estos químicos no están equilibrados, pueden generar sentimientos constantes de ansiedad, preocupaciones excesivas o temor irracional. Afortunadamente, la ansiedad es tratable, y muchas personas pueden mejorar significativamente con el apoyo adecuado.

¿Cómo se tratan los trastornos de ansiedad? 

El tratamiento para los trastornos de ansiedad generalmente comienza con la terapia cognitivo-conductual (TCC), una opción muy eficaz, especialmente cuando se trabaja con niños, adolescentes y sus familias. Esta terapia se enfoca en cómo los pensamientos y las acciones de una persona pueden influir en sus emociones, enseñando a los más jóvenes que evitar los miedos solo refuerza su ansiedad. En cambio, enfrentarse a esos temores ayuda a reducirlos con el tiempo.

  1. La terapia cognitivo-conductual permite a los padres aprender cómo responder adecuadamente cuando su hijo experimenta ansiedad, proporcionándoles herramientas para ayudarlos a gestionar sus miedos.
  2. Los niños aprenden a identificar y manejar sus miedos, utilizando diversas estrategias que los ayudan a reducir la ansiedad de manera efectiva.
  3. Durante el proceso, los terapeutas apoyan a los niños mientras practican las habilidades necesarias para enfrentarse a situaciones que antes les resultaban aterradoras. Este acompañamiento es esencial para aumentar su confianza.
  4. A medida que los niños progresan, logran afrontar situaciones que previamente les generaban ansiedad y, al hacerlo, sienten una sensación de orgullo y logro personal.
  5. Además de la terapia, algunos niños pueden necesitar medicamentos para ayudar a controlar sus síntomas. Los médicos pueden recetar fármacos según las necesidades específicas del paciente.
  6. Con el tiempo, los niños se sienten menos preocupados y pueden concentrarse en actividades cotidianas como la escuela y las interacciones sociales sin que la ansiedad interfiera.

A través de este enfoque, tanto niños como adultos pueden aprender a manejar su ansiedad de manera eficaz, mejorando su bienestar y calidad de vida.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?

Si su hijo ha sido diagnosticado con un trastorno de ansiedad, hay varias maneras en las que puede apoyarlo a lo largo de su tratamiento. Primero, es fundamental encontrar un terapeuta con la formación y experiencia adecuadas, y asegurarse de que su hijo asista a todas las sesiones de terapia. La comunicación constante con el terapeuta también es crucial. Hable con él o ella sobre las mejores estrategias para ayudar a su hijo en el día a día y cómo puede poner en práctica lo aprendido en las sesiones en casa.

En cada paso del camino, su rol como apoyo es esencial. Ayudar a su hijo a enfrentar sus miedos es parte del proceso, y cada vez que se esfuerce por hacerlo, es importante que lo felicite y lo anime. Este tipo de refuerzo positivo fomenta el progreso y la confianza. También debe alentar a su hijo a hablar abiertamente sobre sus emociones, mostrándole que lo comprende, lo acepta y lo apoya. Una relación afectuosa y positiva con usted será un gran recurso para que su hijo se sienta más seguro y comprendido.

Es necesario que impulse a su hijo a avanzar, pero sin presionarlo demasiado. Los pequeños pasos son los que marcan la diferencia, y es importante evitar que se sienta tentado a abandonar o a evitar lo que le genera miedo. Además, la paciencia es fundamental; los procesos terapéuticos llevan tiempo y su hijo necesitará su apoyo constante.

En Culiacán, la Clínica de Depresión es una excelente opción para obtener el apoyo adecuado, con profesionales capacitados para ayudar a su hijo en su tratamiento. Puede agendar una cita fácilmente a través de nuestra página web o redes sociales, donde estamos siempre dispuestos a brindar la mejor atención.

Fuente: La ansiedad, problema mental común en los adolescentes y niños, 2016. Secretaría de Salud. Sitio Web: www.gob.mx

Trastornos de ansiedad, 2018. Kids Health. Sitio Web: kidshealth.org

Ansiedad, 2016. MedlinePlus. Sitio Web: medlineplus.gov